jueves, 26 de marzo de 2015

Tres cómics: Henshin, Criminal y Trees

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando The Trees They Do Grow High, en la versión de Joan Baez (Spotify, YouTube).

Ya estoy de vuelta con otras tres reseñas cortas de cómics. En esta ocasión, la tres novelas gráficas de las que quiero hablar (Henshin, Criminal Vol. 1 y Trees Vol. 1) han sido, todas ellas, publicadas por Image Comics, la favorita de Sense of Wonder. Pero, a pesar de compartir editorial, los libros no podrían ser más diferentes entre sí.

Henshin, escrito e ilustrado por Ken Niimura, es un cómic muy extraño. Muy extraño de verdad. De hecho, si no hubiera sido por la recomendación de mi buen amigo Alexander Páez, nunca me habría interesado en él. He leído muy pocos mangas y ninguno me ha gustado demasiado, ya que me resulta difícil entender las referencias culturales japonesas (especialmente su humor) y, por tanto, no soy capaz de entrar en las historias. En este caso, ha sido incluso peor. El libro está compuesto de trece historietas independientes pero ligeramente relacionadas que tratan temas tan poco habituales como la caca de gato.

Algunas de las historias me han gustado más que otras. Por ejemplo, disfruté bastante la del padre y el hijo que tienen poderes telequinéticos. Además, hay algunas metáforas que realmente llaman la atención. La alienación de vivir en un país extranjero, con un idioma diferente y una cultura extraña, por ejemplo, está representada de varias e interesantes formas. Pero debo confesar que fui incapaz (y esto bien puede ser debido a mis limitaciones como lector) de apreciar el significado del cómic en su conjunto. Me sentí totalmente desconcertado mientras lo leía y me sigo sintiendo desconcertado días después de haberlo leído.

Criminal, escrito por Ed Brubaker con dibujo de Sean Phillips, es una obra completamente diferente. Aquí nos encontramos a Brubaker haciendo aquello que Brubaker hace mejor: escribir historias policiacas. Este volumen, que recoge los números del 1 al 5, tiene todos los clichés del género negro. Policías corruptos, grandes robos, drogadictos, crueles mafiosos, asesinatos, secuestros... todo lo que se os pueda ocurrir. La trama es muy sólida (aunque no especialmente original) y los personajes están bien desarrollados (aunque no son especialmente agradables). Si os gustan las novelas negras, necesitáis leer este cómic (además, es auto-contenido, lo que siempre es un plus al hablar de cómics). Lo recomiendo, aunque no estoy seguro de que vaya a leer los siguientes volúmenes ya que prefiero las historias con un carácter mucho más especulativo.

Y por eso por lo que Trees, con guión de Warren Ellis y dibujos de Jason Howard, es el cómic que más me gustado de esta tanda. La premisa es excelente: algunos años atrás, unas estructuras alienígenas gigantescas conocidas como árboles aparecieron en distintos lugares de nuestro planeta. Esto misteriosos artefactos tienen extrañas propiedades y desafían cualquier intento de explicación. Y, lo que es peor, a sus constructores no parecen interesarles nada los humanos y ni siquiera han intentado comunicarse con nosotros.


Trees explora, a través de varias subtramas paralelas, la naturaleza de estos objetos extraterrestres y cómo han afectado y cambiado la vida de la gente que vive a su alrededor. Este tipo de enfoque es más cercano a lo que solemos encontrar en la ciencia ficción literaria que a lo que es habitual en los cómics y, de hecho, me recordó a novelas como Los cronolitos, de Robert Charles Wilson. Mi única pega es que la relevancia de algunas de las subtramas, después de leer ocho números, aún no se ha revelado, pero he disfrutado mucho con este primer volumen y espero con ganas la oportunidad de leer el siguiente.

En resumen, recomiendo totalmente Criminal a los fans de la novela negra y Trees a los fans de la ciencia ficción. Henshin, por otro lado, es un libro tan extraño que sólo os lo puedo recomendar si estáis buscando algo completamente diferente a lo habitual y no os asusta terminar de leerlo sin saber por qué la caca de gato era tan importante después de todo. Luego no digáis que no os he avisado.

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